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Todas las novedadesEntrevista a Héctor Chaskielberg, co-fundador de VCC
Entrevistamos al MCOP Héctor Chaskielberg sobre su trayectoria como coach profesional, sus principales desafíos y aprendizajes de este recorrido. También aportó orientaciones para los coaches que deseen vivir de la profesión.
Héctor es Máster Coach Ontológico Profesional (MCOP), con más 20 años de trayectoria en la disciplina. Es Licenciado en Relaciones Laborales (UBA), Magíster en Estudios Organizacionales (Universidad de San Andrés) y está finalizando un doctorado sobre construcción identitaria (UBA). Escribió tres libros -dos de ellos sobre coaching-, tiene su propia consultora de desarrollo organizacional y fundó Vivir como Coach.
Sin embargo, antes de todos sus logros académicos y profesionales, antes incluso de saber qué es el coaching, Héctor se desempeñó como un profesor de educación física que de a poco fue insertándose en el mundo corporativo.
¿Cómo conociste el coaching?
Lo conocí en 1996. Mis hermanos me recomendaron asistir a los llamados “cursos vivenciales de desarrollo personal”, que eran habituales en esa época, y fue una experiencia que me movilizó mucho. Esos cursos cambiaron mi vida: decidí que quería dedicarme al coaching y también ahí conocí a mi esposa, con quien formamos una familia.
Yo estaba en una transición profesional. Era profesor de educación física, trabajaba en colegios y dando clases, y había iniciado otro proyecto junto a dos socios, en el que dábamos capacitaciones para empresas y yo me encargaba de la parte de eventos deportivos.
Ya estaba conociendo el mundo de la consultoría y me gustaba, pero aún estaba muy verde. Salía de dar clases en un colegio, en equipo de gimnasia, y después me ponía el traje y la corbata, que era como yo creía que se tenía que ir a las empresas, a vender servicios de capacitación outdoor.
¿Cómo lograste convertirlo en tu trabajo?
Me certifiqué como coach en el año 2000, pero me faltaba aprender un montón de cosas para poder ser un coach profesional. Al año de certificarme, conseguí trabajo en una consultora de desarrollo organizacional. Fue una gran oportunidad, empecé desde abajo, aprendí mucho y comencé a entender mejor el mundo de las empresas.
Si bien en esa época no se hablaba mucho de coaching y donde trabajaba no se conocía la disciplina, fue una experiencia muy importante en mi trayectoria para entender el mundo corporativo, que era nuevo para mí.
Durante cinco o seis años estuve trabajando en generar las condiciones para vivir como coach, aprendiendo cómo ofrecer servicios de consultoría, el arte de las relaciones comerciales y el mercado corporativo del desarrollo de personas. Con el tiempo empecé a ofrecer coaching como servicio dentro de esa consultora y también por mi cuenta, hasta que di el gran paso de renunciar a mi trabajo estable para desarrollarme 100% como coach independiente. Era un riesgo, salir de una zona cómoda y sabía que me iba a tomar unos años hasta estabilizarme, pero estaba seguro de mi objetivo.
¿Cuál fue el mayor desafío?
El mayor desafío fue mantenerme en el juego, persistir a pesar de que las cosas no siempre salgan como uno quiere. En todo momento aparecen argumentos para abandonar, y mi síntoma era ponerme a mirar avisos de trabajo en el diario, incluso alguna vez fui a entrevistas. Era un síntoma de debilidad, de duda, cuando aparece la incertidumbre: ¿esto va a funcionar? ¿hasta cuándo lo voy a sostener? ¿y si no consigo nuevos clientes? Ese es el desafío, seguir adelante y confiar. Creo que mi mayor virtud fue atravesar esos momentos, aprender con intensidad y profundidad, y sostener mi proyecto siempre.
¿Por qué fundaste Vivir como Coach?
Recuerdo puntualmente una conversación que me marcó. Fue en Santiago de Chile en 2018, durante el primer Simposio Internacional de Coaching. Salimos a cenar con Maxi, uno de los colegas que trabajaba conmigo, estábamos celebrando todos los logros del evento y él me dijo, entre lágrimas, “está todo muy lindo, pero yo no tengo un mango, no consigo clientes”.
Me conmovió profundamente. Si bien yo estaba viviendo de la profesión, también tenía momentos en los que sentía que no podría salir adelante a nivel económico. Empecé a hablar con colegas y me di cuenta de que esto le pasaba a muchos coaches.
Desde entonces, tuve algunos proyectos alrededor de este tema, en la pandemia escribí el libro Vivir como Coach y, finalmente, el año pasado lanzamos el GPS VCC y la Membresía VCC, que son soluciones específicas para que los coaches que deseen vivir de la profesión puedan encontrar las herramientas para lograrlo.
¿Por qué a los coaches les cuesta desarrollarse profesionalmente?
Para construir una trayectoria profesional, en cualquier tipo de carrera, hay muchas variables que entran en juego. Dos de ellas muy importantes son las capacidades individuales y las circunstancias externas con las que nos toca lidiar.
En el caso del coaching, hay circunstancias que hacen que el desafío sea mayor a comparación de otras profesiones. No son determinantes, porque también están las capacidades de cada uno, pero sí son estructurantes. Es una profesión que no está matriculada o regulada, no hay ámbitos donde se requiera obligatoriamente un coach profesional, no hay ofertas de trabajo “tradicionales” como en otras profesiones.
Pero me gusta pensar que esto es también una gran oportunidad para trabajar en las capacidades individuales de cada uno. Para vivir como coach se necesita adquirir conocimientos y experiencia de forma proactiva, emprender, desarrollar un negocio rentable y sostenible, y lo bueno que tenemos en VCC es que creamos esas mismas condiciones, de manera que los miembros comienzan a vivir como coaches desde su ingreso, más allá del nivel de trayectoria en que se encuentren.
¿Qué le recomendarías a un coach que quiere vivir de la profesión?
Lo primero que recomiendo hacer a un coach después de certificarse es iniciar un proceso de coaching, y lo mejor es que toda su vida esté atravesada por ellos. A mí me encanta tomar coaching, siempre lo hice y lo sigo haciendo, y eso fue fundamental para mi desarrollo personal y profesional.
Por otro lado, lo siguiente que puede hacer es asegurarse de estar convencido de la decisión, porque para lograr vivir como coach se requiere de tiempo, inversión, atravesar momentos buenos y también momentos malos. Nuestra membresía VCC puede acompañarlo en el camino, pero no es para cualquier coach, tiene que ser alguien que no lo vea solo como “una buena idea”, sino alguien que esté dispuesto a asumir los riesgos de esta decisión.